Rodríguez Sopeña. Dolo­res
          [967](1848-1901)

 
   
 

       Fundadora de las Damas Catequistas en 1901. Nació en 1848 en Vélez Rubio, Almería. La profesión judicial de su padre obligaba a la familia a frecuentes traslados. Recibió cuidada formación y mostró desde joven amor especial a los necesitados.

   En 1866, en Almería, ya visitaba los ambientes marginales de las Cuevas, a donde acudía con una amiga para atender a enfermos abandonados.
   En 1868 se trasladó a Madrid, al ser destinado su padre como juez a Puerto Rico. Pronto la familia marcho para la colonia y allí conoció al P. Goicoechea, rector de la iglesia de los Jesuitas, con quien ella comenzó a organizar las catequesis para los niños nativos que se hallaban en la ignorancia.
   En 1871 fundó las Hijas de María en la Isla y multiplicó sus acciones de caridad. En 1879, al trasladarse su padre a Cuba, como fiscal general de la Audiencia, se establece la familia en Santiago. Ella se dedicó a fundar Círculos de Instrucción, que eran escuelas rurales para la instruc­ción de niños y adultos.
   En 1876, muerta la madre, regresó con su padre a Madrid. Comenzó su trabajo en los barrios periféricos de Las Injurias, Cambroneras, Cuatro Caminos, Puente de Vallecas. En 1883, al fallecer su padre, pensó en la vida religiosa. Ingresó en la Salesas por diez días, pero enten­dió que no era su camino y que su apostolado debía ser otra cosa.
   En 1885 se entregó de lleno en la zona de Las Injurias. Con ayuda del Cardenal Ci­riaco San­cha, a quien había conocido en Cuba, fundó la Asociación de mujeres para la mejora moral y social de la clase obrera. En 1892 inició la Asociación de apostolado seglar, que fue aprobada por el Arzobispo, con el nombre de "Apostolado del Corazón de Je­sús". Con ayudas diversas construyó el primer edificio para el culto y la doctrina en el poblado de Las Injurias. Nuevas obras abrió en otros lugares.
   Se dedicó a diversos viajes de promoción de sus obras sociales y de organización. Para el años 1900 había hecho ya 199 viajes y tenía ya 21 Centros de asistencia social.
   En 1901 dio el paso de convertir la Obra en Instituto religioso, después de unos ejercicios en Loyola. Así inició en Toledo las "Misioneras de Cristo Redentor", conocidas como Damas Catequistas. Las casas de la nueva congregación fueron surgiendo en diversos lugares: Toledo primero, Carmona, Santoña, Sants, Bar­celona y Loyola.
   En 1907, por mediación del Cardenal Merry del Val, protector del Instituto, fue recibida por Pío X, en compañía de dos religiosas.
 El 10 de enero de 1918 falleció en Madrid dejando sólidamente organizada su obra. A sus Hermanas le dejaba también diversos documentos como "Su Autobiografía", "Carta sobre la Perfecta Cate­quista"